En Brasil, los accidentes con escorpiones han crecido año con año.

En el año 2000 se registraron 12,552 casos y en 2018 superaron los 140 mil.

En total han muerto 143 personas, pero científicos del Instituto Butantán en San Paulo, en conjunto con expertos de la Universidad de Utah en Estados Unidos, encontraron que el sapo kururu es un depredador eficiente del escorpión amarillo.

Los investigadores se percataron que el sapo kururu, solía cazar por la noche y sus víctimas, eran usualmente escorpiones.

A uno de los animales de prueba, le inyectaron el equivalente a diez dosis de piquete de escorpión amarillo, pero no le afectó en absoluto, lo que probaría que cuando un escorpión lucha por ser comido.

Este hallazgo resultó interesante para los ecologistas brasileños, quienes cuentan que este sapo generalmente es objeto de discriminación por su aspecto y se le ha maltratado constantemente. Instaron a la población a cuidarlos y a reconocer el importante papel ecológico que tiene.